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Autonomous World: hombres, máquinas y transición energética

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Francesco Starace, consejero delegado y director general de Enel, ha declarado: «El mundo está evolucionando de forma orgánica, y este nuevo mundo independiente de los humanos se parece cada vez más a nosotros». Esta frase es la introducción perfecta para explicar el auge de las tecnologías autónomas. Las nuevas tecnologías han permitido que la sociedad progrese y se vuelva cada vez más autosuficiente. Los vehículos autónomos impulsados ​​por energía limpia, las infraestructuras de ciudades inteligentes y los robots que funcionan sin ayuda humana son algunas de las herramientas más disruptivas, capaces de remodelar el mundo tal como lo conocemos. La automatización ha ampliado las soluciones con las que industrias de todo el mundo realizan operaciones diarias. El paradigma de las tecnologías autónomas fue el eje de la conversación durante el último MeetUp de Enel, celebrado el 28 de octubre, en el que Enel y su CEO Starace se reunieron con expertos de empresas y universidades de todo el mundo para hablar sobre la colaboración cada vez más estrecha entre seres humanos y máquinas. 

En este MeetUp Autonomous World, los ponentes subieron a un escenario virtual para mostrar los últimos desarrollos, tendencias y oportunidades futuras en este sector. Durante el encuentro, se examinaron también los riesgos y problemas éticos asociados a las tecnologías autónomas. «Estamos siendo testigos de la evolución de estas tecnologías», dijo Starace durante el evento, y luego agregó: «El simple hecho de que estemos aquí hoy hablando de esta tecnología es absolutamente maravilloso».

 

Un encuentro virtual estimulante

Moderado por de Barbara Gasperini, cofundadora de la startup de creación de contenido KTrek, el evento comenzó con dos casos de éxito relacionados con la implementación de tecnologías autónomas en Enel. El CEO de Enel Green Power, Salvatore Bernabei, destacó proyectos que contemplan el uso de drones para monitoreo y sensores, tecnologías que garantizan una mayor seguridad y resiliencia en las plantas. Bernabei subrayó cómo «estas tecnologías están allanando el camino para el cambio y nos brindan muchas oportunidades para reducir el tiempo y los costos de nuestras actividades, sin sacrificar la calidad del servicio».

En línea con las afirmaciones de Bernabei, Antonio Cammisecra, director de la división global de infraestructuras y redes, ha añadido: «En el mundo de la automatización, hemos optado por incrementar periódicamente la tecnología utilizada. Gracias a este incremento paulatino, las personas pueden centrarse más en los procesos creativos del trabajo».

Matthew Knights, director comercial de Boston Dynamics, y Pulkit Kapur, director de estrategia y desarrollo comercial de Amazon Web Services, presentaron su visión sobre cómo las tecnologías autónomas pueden ayudar a las personas a trabajar desde una perspectiva de ingeniería. La aplicación de la autonomía en entornos donde es difícil moverse ha permitido al mundo de la industria, en particular en los sistemas de suministro, optimizar los flujos y llegar a áreas inseguras para los trabajadores. Los robots se utilizan ahora ampliamente para monitorear subestaciones eléctricas, entregar herramientas, administrar existencias y desinfectar plantas. Mediante el uso de servicios en la nube para simulaciones, los ingenieros pueden entrenar robots en cuestión de horas y a un costo significativamente reducido. Kapur prevé que «en 2030, el 70% de las máquinas que se dedican a la manipulación de materiales serán autónomas».

¿Cuáles son las consecuencias de esta autonomía para los seres humanos? Aquí surgen algunos problemas éticos con respecto a esta tecnología. Tanto Francesca Rossi, líder global de ética en inteligencia artificial de IBM, como el Padre Paolo Benanti, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana, destacaron cómo se están desarrollando políticas en todo el mundo para afrontar esta transición. «La inteligencia artificial no se considera una forma diferente de inteligencia, porque su objetivo es expandir la inteligencia humana y mejorar la capacidad de tomar decisiones», explica Rossi. Al empezar a reconocer la implicación de los stakeholders ​​en esta tecnología, la utilicen o no, se pueden crear normas y directrices para controlar los posibles impactos negativos. El profesor Benanti resumió la respuesta de la siguiente manera: «Los avances tecnológicos deben ser globales, inclusivos, plurales, respetuosos de las diferencias entre hombres y mujeres y capaces de dar vida a un futuro mejor. Y, sobre todo, estos desarrollos deben ser atentos y con los seres humanos».

El evento virtual concluyó con algunos ejemplos reales del mundo de la industria presentados por el profesor Ken Goldberg de la Universidad de Berkeley y por Mike Nugent, jefe de estrategia de flotas e incubación de empresas de flotas de Hitachi Europa. Goldberg ilustró la evolución de las tecnologías agrícolas y cómo permiten a los agricultores optimizar el riego y el policultivo. «El futuro es la agricultura de precisión, esto ya es un hecho. Gracias a ello, la eficiencia de los cultivos mejora significativamente», explicó Goldberg. También se mostró la aplicación de tecnología autónoma en movilidad inteligente para lograr medios de transporte más eficientes. Nugent dijo que «no se trata solo de mejorar el transporte, sino también la calidad y el uso de la energía». Y agrega: «Existe un gran interés en los beneficios que pueden derivarse de la colaboración entre tecnología y operaciones».

 

El futuro de la autonomía

El futuro es incierto por definición, pero la tecnología ha hecho a los humanos ser mucho más independientes y ha impulsado a nuestra sociedad hacia nuevas fronteras. En este panorama estimulante se abren infinitas posibilidades y conexiones. Por ejemplo, según Starace, «no solo existe la relación entre humanos y máquinas, sino también entre máquinas y otras máquinas». A la luz de estas conexiones, Enel no está «tratando solo con nuestras máquinas sino también con las máquinas de nuestros clientes, porque existe un vínculo mucho más estrecho entre ellas», explicó el consejero delegado. Gracias a este enfoque orientado al cliente, la automatización puede volverse más ética y fomentar la cooperación.

Combinando el conocimiento humano, la ética, el enfoque #EnelOpenInnovability y la tecnología, podemos usar el poder de las tecnologías autónomas para hacer que funcionen con nosotros, no solo para nosotros. Este universo de cooperación se está expandiendo y aún no sabemos en qué dirección se desarrollará en el futuro. Lo cierto es que la convivencia entre humanos y máquinas debe ir acompañada tanto de una conversación como de una innovación que involucre e incluya a todos.