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Reinventar la creatividad: ¿cómo innovamos en el sector de la innovación?

Reinventar la creatividad: ¿cómo innovamos en el sector de la innovación?

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No existe una sola interpretación universal sobre creatividad e innovación, aunque es cierto que estos conceptos culturales forman parte de nuestras vidas. Podemos ver creatividad e innovación en música y literatura, pero también en ciencia y tecnología. ¿Cómo es posible que estas ideas estén tan extendidas, pero a la vez sean tan ambiguas? ¿Y esto qué significado tiene para nosotros?

Para responder a estas preguntas, en el año 2018 las Naciones Unidas declararon el 21 de abril como el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, “para aumentar la sensibilización sobre el papel de la creatividad y la innovación en todos los aspectos del desarrollo humano”.

Aunque el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación es algo relativamente nuevo, la creatividad y la innovación no lo son. La palabra "creatividad" se remonta al siglo XIV, mientras que "innovación" adquirió su significado más moderno a principios del siglo XIX. Podemos entender su esencia si repasamos el momento en que se acuñaron estos términos, sobre todo en periodos de gran transformación como el Renacimiento o la Revolución Industrial: el cambio.

 

Creatividad e innovación: definiendo dos conceptos para el cambio

No es sorprendente que nuestra forma de comprender estos conceptos también haya evolucionado con el paso del tiempo. Por ejemplo, hasta la década de 1960 la creatividad se asociaba únicamente con el arte, la psicología, la literatura y la publicidad. A partir de ese momento, su uso se extendió al sector empresarial, educativo y económico como forma de describir el uso de la imaginación con el fin de crear algo novedoso. Asimismo, la innovación experimentó un cambio conceptual en la década de 1980 cuando se vinculó a las nuevas tecnologías y a sus efectos económicos y sociales.

Actualmente, en el año 2022, ante un panorama tecnológico y digital que cambia rápidamente, la creatividad y la innovación se han convertido en los clichés que escuchamos cada día. A la hora de redactar este artículo, la palabra inglesa "innovation" aparecía en más de 4 billones de resultados de Google. Este término ha calado tanto en el ámbito empresarial y en los principales medios de comunicación que, aunque parezca irónico, cuesta decir algo nuevo sobre la innovación.

Sin embargo, a pesar de todo lo que se dice sobre estos dos conceptos, creatividad e innovación siguen siendo palabras elusivas.

Según la UNESCO, cada año se gastan en todo el mundo alrededor de 2 billones de dólares en innovación, desarrollando tecnologías innovadoras que abarcan desde avances en sanidad pública hasta energías renovables. Sin embargo, debido a que la innovación es una tarea compleja y constante, el capital invertido en I+D (Investigación y Desarrollo) no siempre se correlaciona con una disrupción positiva. Por otro lado, solo 10 países representan más del 80% de toda la inversión mundial en I+D, lo que se traduce en que muchas ideas creativas nunca tienen la oportunidad de desarrollarse.

Más importante aún: las nuevas tecnologías no siempre conllevan un impacto social positivo. Basta con echar un vistazo al daño ambiental causado por el Bitcoin, cuyo uso y explotación consume 142,44 teravatios por hora—más que el consumo anual de Noruega—para darnos cuenta de que no todas las nuevas tecnologías son sostenibles.

 

Reinventar conceptos fundamentales para el futuro

Por ello, para la celebración del Día Mundial de la Creatividad y la Innovación de 2022, Enel quiere adoptar un enfoque aparentemente paradójico: estamos volviendo a lo fundamental para centrarnos en el futuro. Al abordar la creatividad y la innovación no como clichés, sino como procesos iterativos y continuos, redefinimos estos conceptos como un medio para el impacto social y la sostenibilidad.

Concebir la innovación y la creatividad como procesos en lugar de productos no es un lujo, sino una necesidad. La innovación y la creatividad están muy ligadas al cambio, por lo que concebirlas como productos estáticos deja poco margen para la agilidad y el crecimiento. Ante un futuro incierto, la capacidad de interiorizar y suscitar la transformación es esencial.

La innovación de hoy, mañana quedará obsoleta. Y esta es precisamente la cuestión.

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Creatividad, innovación y, ahora, Innovability®

Esta idea se ajusta a las necesidades del futuro. En su Informe de 2020 sobre el Futuro del Empleo, el Foro Económico Mundial descubrió que el 50 % de todos los empleados necesitarán adquirir nuevas habilidades para el año 2025. Debido al cambio del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos, han fijado creatividad, innovación, originalidad, pensamiento crítico y resolución de problemas complejos como las principales habilidades necesarias del futuro.

Esta nueva mentalidad nos permite hallar soluciones originales para afrontar los desafíos previstos e imprevistos en lugar de reaccionar a los problemas ya existentes. Nuestros desafíos globales también son internacionales e interdisciplinares, al igual que la creatividad y la innovación.

La pandemia mundial y el cambio climático nos han enseñado que, a medida entramos en la globalización, nuestros problemas son cada vez más comunes. Los riesgos sociales y ambientales se clasifican como los mayores desafíos a los que se enfrenta el mundo, siendo el cambio climático y la erosión social las principales preocupaciones. El 84% de los expertos muestran preocupación por el mundo.

Por ello, es necesario que cambiemos nuestra forma de pensar sobre innovación y creatividad: hallar un pensamiento fuertemente arraigado en la disrupción y que, además, abarque fronteras geográficas, culturales y económicas. La tecnología más reciente es ineficiente si no cumple con los principios de sostenibilidad, impacto y si no está centrada en el ser humano.

Sabiendo esto, Enel ha establecido un nuevo concepto de disrupción: Innovability®. Este término patentado engloba las sinergias entre innovación y sostenibilidad que impulsan nuestro trabajo. En nuestro ecosistema Open Innovability®, reunimos mentes creativas de diferentes sectores para transformar ideas en proyectos impactantes. A través de una síntesis de crowdsourcing y conexión de startups a través de nuestros centros y laboratorios de innovación global, Enel continúa liderando la transición energética.

La filosofía Innovability® de Enel no solo guía nuestro trabajo, sino que también nos alinea con startups que comparten una visión similar de innovación y sostenibilidad. Este es el caso de Prati Armati, que aporta su grano de arena en el sector de la sostenibilidad combatiendo la erosión del suelo y la contaminación a través de una semilla de hierba fuerte y profundamente arraigada con una tecnología innovadora. En el sector de la robótica, la startup Aerones ha dirigido su tecnología innovadora hacia la dirección adecuada para convertirse en la primera empresa del mundo capaz de brindar mantenimiento a aerogeneradores mediante tecnología robótica y automatizada.

De entre los cientos de casos de éxito, estos son solo algunos ejemplos, pero cabe destacar que el único objetivo futuro de Enel es seguir la dirección de la creatividad, la innovación y la sostenibilidad.

 

El futuro de Enel: creatividad, innovación y sostenibilidad

Para que valga la pena, la innovación debe ser sostenible. Cuando creatividad e innovación están plasmadas en el ADN de una empresa, no representan solo objetivos, sino un medio para apoyar el bienestar de las personas y del planeta. Tenemos innovar hasta que la disrupción se convierta en la norma. Entonces, habrá llegado el momento de volver a innovar.

Anteriormente hemos visto que el término “creatividad” surgió en el siglo XIV e “innovación” en el siglo XIX. Ahora, en pleno siglo XXI y ante el panorama global en continua transformación, nos encontramos en otro punto de inflexión histórico. En el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación de este año, Enel quiere reflexionar no solo sobre el impacto de estos conceptos en relación con el futuro, sino sobre el futuro de estos conceptos en sí mismos. En unos años, puede que necesitemos un nuevo término que refleje tanto nuestros desafíos contemporáneos como sus soluciones. Innovability® podría ser el siguiente paso.