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Agua, energía e innovación: una simbiosis circular muy necesaria

Agua, energía e innovación: una simbiosis circular muy necesaria

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“No hay vida sin agua,” afirma la Carta Europea del Agua. Esto es cierto: nuestro propio cuerpo contiene un 60% de agua, mientras que la cifra de nuestro cerebro y corazón es de un 73% y la de nuestros pulmones un 83%. El porcentaje del planeta en el que vivimos es parecido: un 70% de agua.

El agua es vida y es una de las fuentes de energía naturales más antiguas usadas por los seres humanos. Desde la antigüedad, la fuerza del agua en movimiento también se ha aprovechado por su capacidad para producir energía.

En Enel, nuestro objetivo es generar energía renovable reduciendo al máximo el uso de agua para la producción de energía. Desde la innovación hidroeléctrica hasta el usufructo de la fuerza de las olas para el progreso sostenible, Enel celebra el Día Internacional del Agua 2022 destacando la simbiosis entre este elemento vital y la energía. Nuestro compromiso con una serie de soluciones garantiza la gestión y el acceso a este recurso de forma innovadora y sostenible.

 

Una relación simbiótica con más de 4 milenios de antigüedad

La energía del agua ha acompañado a la humanidad en sus grandes progresos a lo largo de la historia. Durante siglos, la rueda de agua, un invento que se remonta a 4 000 años atrás y que posteriormente los romanos usaron con maestría, permitió aprovechar la energía motriz del llamado “oro azul” para innumerables aplicaciones: desde establecer sistemas de regadío para la agricultura, moler trigo o hacer papel, la fuerza del agua ha impulsado siempre al ser humano a avanzar.

El agua se usó por primera vez para generar electricidad gracias a los progresos realizados en las turbinas hidráulicas. Con la llegada de la Revolución Industrial en los siglos XVIII y XIX y el aumento de la demanda de electricidad a inicios del siglo XX, esta se convirtió en el principal motor para el desarrollo del generador eléctrico y la mejora de la turbina hidráulica para aumentar la fuerza y la energía producidas por estas centrales.

Hoy en día, llamamos energía hidroeléctrica a la energía producida por el agua. Se considera la primera de todas las energías renovables, pero no es la única asociada al agua, ya que hay muchas otras como la energía mareomotriz o marina, la electrólisis, la ósmosis y la electricidad de las tormentas.

 

La innovación, el principal motor de la energía hidroeléctrica en Enel

Todos los tipos de centrales de energía hidroeléctrica usan la fuerza de la gravedad para proporcionar aceleración al agua y soltar toda la energía potencial que almacena. Hoy en día, la hidroenergía es una de las mayores fuentes de energía renovable del mundo. Según el informe 2021 de la Agencia Internacional de las Energías Renovables, representa más de un 50% del total de las fuentes de energía renovables.

En Enel, la energía hidroeléctrica es una de las principales fuentes de energía renovable: garantiza el 34% de la energía producida por el Grupo y aproximadamente el 70% en lo que respecta a las renovables.

La innovación y la sostenibilidad forman parte del ADN de Enel y la energía hidroeléctrica es un elemento clave en esta cadena, aprovechando las oportunidades ofrecidas por las nuevas tecnologías para optimizar la eficiencia, seguridad y sostenibilidad de todos nuestros procesos. Actualmente, las centrales eléctricas están equipadas con sistemas digitales cada vez más avanzados para la gestión, monitoreo y manutención.

En este sentido, Enel ha desarrollado diferentes proyectos como el WIreless Sensors for hYdro monitoring (WISY), que consiste en una red de sensores capaces de recoger y transmitir, en tiempo real, la información de la planta hidroeléctrica. Este proyecto usa también drones para monitorear y mantener la garantía de calidad de las centrales hidroeléctricas.

Además, existen proyectos innovadores que aprovechan la fuerza del agua sin centrarse en la gravedad ni en las pendientes. La idea es aprovechar la energía de las olas, las corrientes de agua y las mareas. La llamada energía mareomotriz se considera normalmente al margen de la energía hidroeléctrica pura, pero sigue siendo una fuente de energía renovable verde que presenta muchas similitudes.

De acuerdo con la filosofía de nuestro Grupo, la innovación debe estar siempre orientada a la sostenibilidad. Por esta razón, nuestras centrales hidroeléctricas también son centros que protegen el medio ambiente y la biodiversidad, además de contribuir a su regeneración y conservación.

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Sostenibilidad, agua, Enel y ODS

A pesar de haber sido considerada un recurso renovable (e inagotable) durante mucho tiempo, lo cierto es que el acceso al agua potable cada vez es más limitado. Esto es especialmente cierto si tomamos en consideración que, para la supervivencia del ser humano y de muchas otras especies de plantas y animales, se necesita la llamada “agua dulce” y esta es mucho menos abundante (3%) que el agua salada de los océanos (97%).

El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 de las Naciones Unidas, “Agua limpia y saneamiento”, destaca la importancia del agua y el compromiso de garantizar el acceso al agua dulce y a los servicios de saneamiento para toda la población. Para poder lograr este objetivo, la distribución de este recurso debe ser equitativa y conscientemente sostenible. La mayoría de los países, instituciones, empresas y expertos de nuestro plantea que abogan por el medio ambiente y el futuro de nuestro planeta están de acuerdo en esto, así como Enel.

En el caso de Enel, nuestro objetivo es generar energía renovable reduciendo al máximo el uso de agua para la producción de energía. Este compromiso se ve en numerosos proyectos, como el WaVE (acrónimo de Water Value Enhancement, Mejora del Valor del Agua en español), que consta de más de 40 iniciativas. Estas proponen soluciones para aumentar el uso interno de agua, reutilizando el agua de descarga o reemplazando la valiosa agua dulce con agua de mar o con las aguas residuales de otras instalaciones.

Del mismo modo, a través de nuestras centrales ayudamos a depurar los ríos contaminados para que los agricultores puedan usar esta agua para regar sus campos, como sucede en “El Canadá” en Guatemala. También promovemos la convergencia entre la sostenibilidad del medio ambiente y social, como en el caso de “El Quimbo” en Colombia, con programas de reforestación y construcción de viviendas para comunidades locales.

Este método participativo fue la principal característica de los acuerdos firmados con las comunidades de Chile, donde hemos puesto en marcha proyectos de desarrollo económico para la gestión compartida y sostenible de los recursos hídricos. Esta es la solución más equilibrada para asegurar el abastecimiento de las familias y la producción de energía.

En resumen, el agua es vital para el planeta. Se debe usar, cuidar y respetar siempre, cada día del año, y no solo en el Día Internacional del Agua. Si nos unimos como comunidad podemos garantizar que este recurso natural pueda fluir a través de las fronteras globales y estar disponible para todos.