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De la idea al producto: consejos de diseño para las startups

De la idea al producto: consejos de diseño para las startups

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Navegar por las aguas de la iniciativa empresarial puede ser tan desafiante como gratificante. La era en la que todas las startups tenían su sede en Silicon Valley ha terminado, porque ahora, en la era del empresariado difuso, realmente se encuentran en todo el mundo. De hecho, se estima que en el mundo hay 582 millones de emprendedores. A medida que surgen nuevas startups, se hace cada vez más difícil destacar entre la multitud.

La realidad es que se puede comenzar con una idea excelente, formar el equipo perfecto y elaborar un plan de negocio detallado, pero ¿cómo será el producto? ¿Cómo se dará a conocer al público? Para atraer consumidores, la idea debe transformarse en un producto o servicio atractivo, claro y sencillo de utilizar. Dice Steve Forbes, presidente y director de Forbes Media: «La marca es posiblemente la inversión más importante en su negocio». La identidad de marca de una startup representa una fase crucial del proceso creativo, la forma en que el producto o servicio se presentará al mundo.

Las startups deben pensar en el presupuesto que se asignará a la marca, cómo se verá y a qué lógicas debería responder. Si eres emprendedor, diseñador o desarrollador, he aquí algunos consejos de diseño de producto e identidad de marca a tener en cuenta para diseñar y desarrollar un producto que atraiga la atención y la mirada de los clientes.

 

¿Por qué invertir en diseño?

La construcción de una marca puede requerir una gran cantidad de dinero; sin embargo, es importante considerar este esfuerzo como una inversión que se desarrolla junto con la empresa. Ahora bien, esto no quiere decir que el plan de crecimiento de una startup deba prever que la mayor parte de los fondos que recibe se gasten en identidad de marca y diseño perfecto. Con el crecimiento progresivo de la startup, el equipo puede darse cuenta de que sus clientes no entran en la categoría imaginada o que el negocio se está moviendo en otra dirección. Incluso Uber, Dropbox y Airbnb, algunas de las startups más exitosas de los últimos años, han ajustado su marca en el transcurso del trabajo.

Es necesario invertir en diseño de marca, pero ¿cuál es la cuantía correcta? Al igual que con la compra del primer coche o de la primera casa, no es aconsejable elegir de inmediato el producto más caro del mercado. En la fase inicial, se recomienda gastar alrededor del 5-10% del presupuesto total en branding. Al desarrollar los primeros rasgos distintivos de la marca, es mejor no insistir en lograr la perfección, ya que de lo contrario el lanzamiento del producto se retrasará constantemente. La apariencia de la marca y del producto cambiará con el tiempo para adaptarse al mercado objetivo, lo importante es lanzar algo coherente y cautivador.

 

Entonces, ¿por dónde hay que empezar?

Dejando a un lado la idea de «perfección» y con la conciencia de que invertir en diseño es fundamental, ¿cuál es el primer paso para una startup? Dave McClure, fundador e inversor de 500 Startups, una firma global de capital de riesgo, señala que «el diseño y el marketing no están al mismo nivel que la concepción de ingeniería: son mucho más importantes». Para obtener un diseño de producto eficaz y capaz de despertar emociones, el primer paso de una startup es recopilar la máxima información sobre su público objetivo. ¿Cuál es el cliente ideal y qué busca en mi solución? Las empresas emergentes necesitan conocer a sus clientes a la perfección y deben tomarse el tiempo necesario para crear un perfil de usuario promedio. Una regla para crear un producto que sea estéticamente atractivo pero también útil para el usuario es recordar que el destinatario no es uno mismo, sino el cliente.

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Además del proceso creativo guiado por expertos para la elección de colores, tipografías, contrastes y jerarquías, es fundamental recordar siempre el objetivo final del usuario. La gente no se deja convencer por lo que haces, sino de por qué lo haces. Crear un producto que facilite la vida de los clientes y que sea fácil de usar y estéticamente gratificante agregará valor a ese producto.

 

¿Y la interfaz de usuario y la experiencia de usuario?  

La respuesta cognitiva de los clientes a la interfaz de usuario puede determinar el éxito o el fracaso de una startup. Un estudio de 2012 demostró que las personas se forman un juicio estético sobre un sitio web en las primeras 17-50 milésimas de segundo después del acceso. Los ecosistemas digitales actuales requieren que una determinada tecnología sea confiable, simple, clara, fácilmente reconocible y compatible con múltiples plataformas.

El mantra es poner siempre la marca, el producto y los servicios en primer plano. La startup Make My Day, por ejemplo, utiliza una interfaz de usuario optimizada para dispositivos móviles y vehículos para ofrecer su aplicación de asistencia a la conducción, permitiendo simplificar las rutas para los usuarios de vehículos eléctricos. Los usuarios saben inmediatamente lo que les espera gracias a un diseño fácilmente reconocible que comunica de forma clara e inequívoca el propósito de la aplicación.

Una startup debe dedicar mucho tiempo a comprender en profundidad cuál es la experiencia perfecta para sus clientes, sin tener miedo de romper con patrones predefinidos. Durante la pandemia, Zoom se estableció como la nueva plataforma de videoconferencia de referencia, a pesar de la presencia de Skype desde hace décadas. ¿Por qué sucedió? La interfaz de Zoom ha conseguido poner a su cliente ideal en el centro de la experiencia, permitiéndote realizar videoconferencias con diferentes grupos de forma sencilla e intuitiva. Al pensar en cómo hacer que un producto o servicio sea más utilizable, se debe tener en cuenta cuántos pasos deberá dar el usuario antes de satisfacer su necesidad. No tengas miedo de innovar e intenta implementar una nueva solución para simplificar estos pasos.

 

¿Qué más queda?

La identidad de marca y el diseño del producto pueden ser complejos, pero nunca se debe apartar la vista de la línea de meta. Un producto debe ser alcanzable, rentable, cuidadosamente diseñado y atractivo para los clientes. Logra que sea distinguible, con una propuesta de valor clara y, sobre todo, no olvides quién es tu cliente y por qué debería elegirte. De esa forma él tampoco se olvidará de ti.